domingo, 19 de abril de 2015

Mi fantasma, el silencio

Lo primero de todo quiero pedir perdón por este parón tan repentino y sin avisar que ha habido, la verdad es que se me echaron encima los exámenes y no pude avisaros.
Esta entrada también es para pedir disculpas por el retraso que llevo con la entrada de las nominaciones, sé que llevo con ella media vida pero esque no hay tiempo; también llevo muchísimo retraso con Ausker y la verdad es que eso es lo que más me duele pues me encanta escribir y con ella me lo estaba pasando de miedo. Tampoco he leído casi nada y tengo una pila de libros que amenazan con sepultarme bajo su peso como no empiece con ellos. Resumiendo que tengo un retraso enorme con todo.
Me encantaría poder escribir una entrada a la semana por lo menos, pero jo no me da tiempo ni para dormir (los sábados y domingos madrugo para estudiar). 

Os explico. Hace dos años se me metió en la cabeza que no quería hacer un bachillerato normal y como soy muy rubia se me ocurrió meterme al BI. Para los que no lo sepan BI son las siglas de Bachillerato Internacional (para más información pinchar aquí). 
Pues al final entré, estoy ahora en 2ºBI y acabamos el 30 de Abril (para el que viva debajo de una piedra es en 11 días) porque en mayo tenemos los exámenes externos por lo que tenemos que acabar dos semanas antes que el resto del mundo (los días de los exámenes no nos pueden poner ningún otro) y como los señores del BI son muy majos nos han puesto el primero el día 4 que es fiesta. Además nada más acabar tenemos dos semanas y selectividad. Madre me estreso solo de pensarlo.
Y esto de explicaros mi vida académica a qué viene os preguntaréis, pues es muy sencillo, que no voy a poder escribir nada por lo menos hasta que acaben los exámenes externos. Estoy llorando por dentro de verdad. Pero no os preocupéis porque volveré con renovadas fuerzas (sin contar que después de las PAU me voy a la Feria del Libro je, aunque puede que vaya a la blogger no sé ya veré) con nuevas historias, libros, entradas que no tendrán ningún sentido pero que estarán ahí y con mi querida Ausker.
De momento os voy  a dejar dos cositas porque soy así de genial, una de ellas es un micro-relato/relato corto (no sé muy bien donde colocarlo pero bueh) que escribí para el concurso del instituto pero que al final no presenté aunque el tema de este año era perfecto hasta para escribir un libro: el silencio.

Mi fantasma, el silencio

 Levanto la cabeza de la almohada y noto el conocido escozor de ojos que sigue al llanto, sin ganas de nada me incorporo en la cama. Sigo llevando la misma ropa que el día anterior pues no me había molestado en cambiarme antes de quedarme dormida. Lenta y dolorosamente me dirijo hasta el baño, abro el grifo y dejo que el agua acaricie mis manos mientras espero a la temperatura adecuada. Cuando ya está lista me desnudo y miro en el espejo, tan solo veo el fantasma de lo que una vez fui, de aquella muchacha pelirroja y llena de energía tan solo quedo yo, con los ojos hinchados de llorar en silencio junto a la almohada y quince kilos menos. Me meto bajo el agua dejando que descienda por mis cabellos eliminando algo más que el olor a tabaco de la noche anterior.
Salgo de la ducha y me envuelvo con una toalla, me siento en el suelo con la espalda apoyada en el radiador dejando que mi cuerpo se seque. Una vez lista y aún descalza voy de nuevo a la habitación. No me apetece buscar nada para ponerme así que recojo el pijama que había dejado en la cama al llegar de madrugada y me lo pongo. Recorro la casa con la esperanza de hallar algo que me reconforte ya que empiezo a notar como las lágrimas comienzan a acudir a mis ojos. Al pasar por su habitación la observo hasta que la primera gota resbala por mi mejilla. Entro y me siento en el borde de su cama, recorro con los dedos los suaves dibujos de las sábanas mientras dejo vagar mi mente hasta el día en que las compré.
Salgo cerrando la puerta tras de mí, ya no lo puedo aguantar más, la presión de mi pecho ha ganado la batalla contra mi voluntad. Apoyo la espalda contra la pared y me dejo caer hasta sentarme en el suelo. Sollozo en silencio hasta quedarme sin fuerzas, con un dolor que me recuerda constantemente que ya no está, que estoy sola.

Y aquí os dejo la otra, una especie de poema que hice en un taller de poesía el miércoles, no es nada del otro mundo pero me gusta probar cosas nuevas aunque sea una negada.

 Cuando el cielo se torne oscuro, con miedo a la luz
Cuando las velas se apaguen con un simple susurro
Cuando lo único que se pueda escuchar sea el silencio
Cuando un payaso sea incapaz de sonreír
Entonces se habrá perdido toda esperanza


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